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domingo, 4 de marzo de 2012

ARTE "LAS MENINAS"

                                           LAS MENINAS DE VELAZQUEZ

Las Meninas
D. Velázquez
Museo del Prado Madrid.
1656.

El cuadro de Las Meninas de Velázquez es uno de los más famosos y sorprendentes de toda la Historia del arte. Como ocurre con la mayor parte de la obra de su autor, es una obra aparentemente sencilla, pero que en realidad esconde una gran complejidad.
Primero de todo si atendemos al tema que trata el cuadro. Aparentemente es una imagen del taller del pintor. Pero si nos fijamos más son varios cuadros en uno: en primer lugar se trata de un retrato de la infanta Margarita, que llena con toda su luz el centro del la pintura y es una de las protagonistas de ella.
Pedro podríamos decir también que es un retrato muy original de toda la familia real, puesto que junto a la infanta aparecen los reyes reflejados en el espejo del fondo.
Eso no es todo. También es un autorretrato, puesto que Velázquez aparece él mismo pintando, rodeado de diversos personajes de la Corte, los reyes y su hija ya mencionados, y sus servidores, entre los que destacan las dos doncellas que atienden a la niña y que llamadas popularmente meninas son las que dan título a la obra. Y puesto que lo primero que vemos es el lienzo del cuadro visto desde atrás y que la acción se desarrolla en el taller del pintor, Las Meninas es para muchos un homenaje al oficio del pintor. Del pintor además no como un simple artesano que es como entonces se le consideraba, sino como un artista, con toda su importancia humana y social. De ahí la figura del pintor en medio de la de los reyes, como uno más entre iguales.
Pero ni aún así está todo dicho en lo que se refiere a la temática del cuadro. Porque en ese homenaje a la pintura y al pintor que es Las Meninas falta un protagonista. No debe de olvidarse que en toda obra de arte participan tres elementos que son imprescindibles en todas ellas: primero lógicamente la propia obra; en segundo lugar el artista sin el cual no hay obras, y en tercer lugar el espectador que la mira y la interpreta, que la juzga y la disfruta.
En este cuadro están los tres ingredientes de toda obra de arte: está la propia obra (el cuadro); está el artista (Velázquez autorretratado), y está también el espectador. Porque justo detrás del lienzo que se ve a medias, estamos situados nosotros al otro lado del marco, y porque Velázquez nos mira fijamente, y porque si estamos detrás del lienzo y el pintor nos mira atentamente parece como si nos estuviera pintando a nosotros. Realmente no sabemos qué es lo que hay al otro lado del cuadro que está pintando Velázquez porque no se ve. Se diría que son los reyes que se ven reflejados en el espejo, pero lo cierto es que a lo largo de los siglos, los que nos hemos situado siempre en ese punto al que mira Velázquez hemos sido los cientos de miles de espectadores que hemos mirado sorprendidos primero y emocionados después, este cuadro extraordinario. Luego Las Meninas es un homenaje al oficio de pintor, pero por encima de todo es un símbolo de la obra de arte y de todo lo que representa.